¿Te gustaría saber cuál es tu tipo de piel para entender cómo cuidarla de forma correcta?

En este artículo aprenderás cuáles son los principales biotipos cutáneos, cómo identificarlos, qué los causa y cómo cuidarlos. ¡Empezamos!

¿Cuál es la función de la piel en el cuerpo humano?

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. En una persona adulta, puede tener una superficie de hasta 2 metros cuadrados y pesar 5 kilogramos.

De hecho, constituye la primera barrera protectora biológica de los seres humanos, junto con las membranas mucosas, la saliva y las lágrimas.

En otras palabras, las capas dérmicas actúan como un mecanismo de defensa para proteger a los órganos vitales internos e impedir la entrada de bacterias, virus y demás patógenos dañinos.

Además, entre otras sustancias, la piel contiene melanina, un pigmento responsable de darle color y protegerla de los rayos ultravioleta.

A parte de su capacidad protectora, la piel cumple otras funciones clave para nuestra supervivencia y desarrollo, como:

  • Regular la temperatura corporal y el metabolismo.
  • Absorber sustancias y liberar toxinas a través de los poros (en forma de sudor).
  • Permitir la síntesis de vitamina D.
  • Posibilitar el tacto y la sensibilidad al calor, el frío, la vibración, la presión o el dolor.
  • Regenerar y cicatrizar heridas abiertas.
  • Aportar rasgos de identidad, como el color y el estado de la piel.

¿Qué son los biotipos cutáneos?

Biotipo cutáneo es el término dermatológico empleado para referirse a los diferentes tipos de piel.

Cada biotipo está caracterizado según la emulsión epicutánea de dos sustancias no solubles entre sí – el agua y el aceite.

De acuerdo a la cantidad acuosa y oleosa, según su composición biológica, se puede determinar el tipo de piel de un individuo.

El biotipo cutáneo es lo que las personas conocen como el tipo de piel. Este viene condicionado por una composición biológica regida por factores como la predisposición genética y los factores hormonales.

Veamos a continuación qué tipos de pieles hay y cómo identificar el tuyo.

¿Qué tipos de piel hay?

En dermatología, se conocen cinco tipos básicos de piel sana: normal, grasa, seca, sensible y mixta.

El tipo de piel se determina según su hidratación y la cantidad de aceite o sebo que produce la piel de una persona. El sebo es la sustancia que la piel crea para sellar la humedad.

Analizamos ahora cuáles son las características principales de cada biotipo cutáneo y cómo saber qué tipo de piel tienes:

Características de la piel normal

La piel normal o eudérmica es aquel tipo de piel en perfecto equilibrio de agua y grasa. Es decir, produce suficiente sebo para mantener la piel uniformemente hidratada sin volverse grasosa.

Se caracteriza por:

  • Tener una tez uniforme, aterciopelada, suave y lisa.
  • Poros finos.
  • Con pocas o apenas imperfecciones.
  • Sin demasiada sensibilidad.

Sabes que tienes una piel normal si tras haberla lavado con un limpiador suave y secado con una toalla limpia, el rostro mantiene un tono claro y una textura suave (ni tirante ni irritada) y se conserva así a lo largo del día.

Conoce cómo cuidar la piel normal aquí.

Características de la piel grasa

La piel grasa es aquel tipo de piel que produce más sebo del que necesita (seborrea), lo que conlleva a tener:

  • Una tez brillante y grasosa, sobre todo en la zona de la nariz y la frente.
  • Poros dilatados que se obstruyen con facilidad.
  • Imperfecciones acnéicas como granos, puntos negros o espinillas.

Aunque la cantidad de grasa puede variar según el clima o la época del año, sabes que tienes piel grasa si tras haber lavado y secado el rostro, éste presenta un tono mate que se volverá brillante en cuestión de horas.

Otra opción es pasar un pañuelo por la frente y la nariz y ver si se empaña de aceite o no.

Vale, pero ¿qué afecta a la cantidad de grasa en el rostro? Sobre todo:

  • Genética.
  • Desequilibrios hormonales.
  • Estrés.
  • Medicamentos.
  • Demasiado calor o humedad.

¿Cómo cuidar la piel grasa?

Para cuidar la piel grasa:

Rasgos de la piel seca

La piel seca o xerosis es aquella que produce menos sebo del que necesita por:

  • Genética.
  • Envejecimiento.
  • Cambios hormonales.
  • Fármacos.
  • Duchas largas y con agua caliente.
  • Falta de humedad y abuso de calefacción interior.
  • Radiación ultravioleta de las camas de bronceado.
  • Uso de cosméticos poco aconsejables.
  • Transpiración y pérdida transepidérmica de agua.
  • Ausencia de lípidos epidérmicos (ceramidas, ácidos grasos y colesterol) y de factores hidratantes naturales (urea, aminoácidos y ácido láctico).
  • Climatología adversa (frío, viento, sol).

Se caracteriza por tener:

  • Un tono apagado u opaco y una textura áspera o escamosa.
  • Poros muy pequeños.
  • Líneas de expresión y arrugas más visibles, a causa de la falta de elasticidad de la piel.
  • Sensación de tirantez, pelarse o picazón, sobre todo después de bañarse.

Las zonas del cuerpo más propensas a secarse y agrietarse son las manos, los pies, los codos y las rodillas.

¿Cómo cuidar la piel seca?

Las personas con piel seca pueden necesitar:

  • Lavarse con agua tibia y durante poco tiempo.
  • Limpiadores muy suaves sin frotar durante la limpieza.
  • Cremas hidratantes más intensas, en vez de geles o lociones, que atraen la humedad a la piel (como glicerina o ácido hialurónico) y que sellan la humedad (como jojoba, lanolina o manteca de karité).
  • No aplicar demasiado humectante porque puede confundir a la piel y podría dejar de producir los aceites que necesita para mantenerse hidratada.
  • Evitar cosméticos que contengan alcohol, retinoides, alfa-hidroxiácidos o fragancias, porque resecan la piel.
  • Usar un humidificador en interiores para aumentar la humedad en el aire.
  • Utilizar guantes al usar productos de limpieza, disolventes o detergentes domésticos.

Características de la piel sensible

La piel sensible es aquella que se suele irritar e inflamar con facilidad, sin tener en cuenta la cantidad de sebo que la piel produce.

Es decir, las personas con piel seca o grasa también pueden tener piel sensible. Es más, en algunos casos, la sensibilidad está relacionada con afecciones de la piel, como el eccema o la rosácea.

Para saber si se tiene piel sensible, basta con sentir:

  • Sensación de picor, ardura e irritación tras haberse lavado y secado el rostro o al aplicar un producto cosmético.
  • Descamación, sequedad, urticarias y bultos de forma habitual por reacciones a ciertas sustancias.

Es importante realizar una evaluación dermatológica para conocer qué está causando esa sensibilidad y cómo poder evitarla en la rutina cotidiana.

¿Cómo cuidar la piel sensible?

De los principales tipos de piel, la piel sensible es la que posiblemente necesite un cuidado más especial. Para ello,

En caso de tener erupciones persistentes sin saber la causa que las provoca, habla con tu médico al respecto.

Rasgos de la piel mixta

La piel mixta es el tipo de piel que tiene varias zonas del rostro grasas y otras normales o secas.

En concreto, se suele tener:

  • La zona T grasa (frente, nariz y mentón o barbilla), con poros abiertos y posibles imperfecciones.
  • Las mejillas normales o secas.

¿Cómo cuidar la piel mixta?

Al contar con distintos tipos de piel en diferentes áreas del rostro, puede ser necesario un cuidado diferente en cada zona. Por ejemplo,

¿Puede cambiar el tipo de piel?

Sí. Aunque sea determinada genéticamente, el tipo de piel de un ser humano cambia a lo largo de su vida por distintos motivos.

Por un lado, nuestro tipo de piel depende de la cantidad de agua que tenga y lo aceitosa y sensible que sea.

Por otro lado, con el paso de los años, el estado de nuestra piel puede variar según los factores internos y externos a los que es sometida.

Los principales factores que pueden causar cambios en el tipo de piel son:

  • Envejecimiento.
  • Embarazo.
  • Menopausia.
  • Medicamentos.
  • Mudarse a un clima diferente.
  • Exposición excesiva a radicales libres (radiación solar, contaminación, alcohol).

En general, la mayoría de los niños menores de 11 años tienen la piel normal. Sin embargo, durante la pubertad y la adolescencia las glándulas sebáceas se agrandan y producen más aceite, cambiando a un tipo de piel mixta o grasa.

Después, aunque las mujeres son más propensas a tener piel seca, el tipo de piel más común es la piel mixta. Un biotipo que puede verse modificado según envejece la población mundial.

Más tarde, en la edad adulta la piel tiende a retener menos hidratación, lo que conlleva a un tipo de piel seca o madura.

¿Cómo se llama la piel perfecta?

Debido a la gran popularidad que está teniendo la cosmética coreana, muchas personas se han obsesionado en lograr lo que ellos consideran la piel perfecta.

La piel perfecta, según la cosmética coreana, se caracteriza por disfrutar de una piel uniforme, suave, ultra lisa y sin imperfecciones, lo que se conoce como “piel de cristal”.

Un biotipo cutáneo que hace recordar a la piel de melocotón de un bebé recién nacido.

No obstante, el término perfecto es muy subjetivo y puede tener diferentes connotaciones según el país o la cultura.

¿Cómo afecta el tono al cuidado de la piel?

Si bien el tipo de piel puede determinar el cuidado a seguir, el tono también es relevante. De hecho, según el tono de piel puede existir un mayor riesgo a sufrir quemaduras solares y cáncer de piel.

Para medir los distintos tonos de la piel, los dermatólogos utilizan la escala de Fitzpatrick.

Una clasificación creada por el dermatólogo estadounidense Thomas Bernand Fitzpatrick en 1975 y que categoriza la piel de una persona en 6 fototipos cutáneos.

Para ello se basa en el color del cabello y la tez, la propensión al bronceado y su tolerancia a la luz solar.

Demasiada exposición a la luz ultravioleta aumenta el riesgo de cáncer de piel para todos los tonos de piel, pero sobre todo aquellos con:

  • Piel clara.
  • Pecas.
  • Cabello naturalmente rubio o rojo.
  • Ojos azules o verdes.

Es por eso que las personas con piel más clara necesitan usar un protector solar con SPF más alto o evitar la exposición al sol lo máximo posible.

Algo curioso es que aunque las personas con piel más clara tienen un riesgo mayor de padecer cáncer, son las personas con piel más oscura las que tienen más probabilidades de morir de cáncer de piel. El motivo es que se tarda más en detectarlo.

Conclusión

Los tipos de piel varían según su hidratación, sensibilidad y oleosidad. Es importante conocer el tipo de piel para saber cuidarla correctamente.

Para ello, basta con ver cómo reacciona la dermis tras haber sido lavada y secada.

Ahora que sabes que biotipo cutáneo tienes y cómo cuidarlo, conoce qué pasa cuando te pones ajo en la cara.

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