Cuando te mueres de calor, ¿prefieres beber agua muy fría o templada? Si eres como la mayoría de personas, la respuesta suele ser aplastante, esto es ¡tomar agua helada!

De hecho, estamos tan acostumbrados, que no es de extrañar que España sea el país de Europa que más hielo produce y consume.

Ahora bien, ¿te gustaría saber qué pasa en tu cuerpo cuando antepones el agua gélida a la del tiempo? Si tu respuesta es SÍ y te preocupa tu salud, ¡no te pierdas este artículo porque te resultará muy útil!

¿Por qué tenemos la necesidad de beber agua fría?

Llega el verano y con él un calor sofocante que nos pide a gritos una cerveza muy fría o un vaso de agua con hielo para refrescarnos.

Es un hecho automático para poder bajar la temperatura del cuerpo lo antes posible. Queremos reducir la sensación térmica de nuestro cuerpo rápidamente, pero, al hidratarnos con agua helada ponemos en riesgo nuestra salud, sobre todo, antes y después de comer.

¿Cómo es posible? ¡Piénsalo! La temperatura corporal media es de 37 grados Celsius. Cuando ingieres un líquido, por ejemplo, a 4ºC, tu cuerpo debe realizar un mayor esfuerzo para compensar la diferencia y volver a su temperatura normal.

De hecho, los habitantes de los desiertos son grandes conocedores de este funcionamiento de nuestro organismo. Por eso, a pesar de haber más de 50ºC, ellos prefieren consumir una infusión caliente. Más adelante te contamos por qué…

Por último, según expertos, la temperatura ideal del agua que bebemos debe estar alrededor de los 16ºC. Esto es equiparable a cómo sale el agua directamente del grifo de la cocina sin enfriarse a posteriori.

¿Cuánta agua es recomendable beber cada día?

Al igual que los médicos recomiendan ingerir 5 piezas de fruta y verdura al día, también aconsejan beber dos litros de agua al día.

No obstante, esta estimación no es muy precisa ya que cada cuerpo es un mundo y hay muchos factores que influyen en la cantidad diaria de agua recomendada. Por ejemplo, el sexo, la constitución, la alimentación e incluso la climatología afectan a la dosis que una persona debe consumir.

Pero esta recomendación general no es la única. También se conocen otras como la “regla de 8 por 8”. Esta norma conlleva a beber 8 vasos de 240 ml cada uno al día.

Otros expertos afirman que los hombres adultos deben tomar 3,7 litros de agua cada día, mientras que las mujeres adultas 2,7.

Lo cierto es que la mejor forma de saber cuánta agua beber es precisamente escuchar las señales que nuestro cuerpo nos envía cuando necesite hidratación. Es decir, al igual que es importante llevar una alimentación consciente, te animamos a prestar atención a tu sensación de sed.

Ten en cuenta también que si sigues una dieta saludable rica en frutas y verduras, ya estás obteniendo dosis considerables de agua a través de estos alimentos frescos.

Por otro lado, en vez de beber pocas veces pero mucha cantidad, es recomendable dar pequeños sorbos continuados a lo largo del día para disfrutar de todas sus bondades.

Nuestro consejo: deja siempre una botella de agua a tu alcance, por ejemplo al lado de tu ordenador y toma un sorbo cada vez que la observes.

¿Se puede beber agua en ayunas? 

El hecho de practicar ayuno intermitente no impide la ingesta de agua. Esto se debe a que el cuerpo no tiene que hacer la digestión para digerir este líquido.

En cambio, no ocurre lo mismo con los zumos de frutas tropicales, la leche o las bebidas gaseosas.

Por lo tanto, para saber qué beber en ayunas sigue este criterio: ¿debe mi cuerpo realizar el proceso de digestión tras consumir este líquido? Si la respuesta es NO, como es el caso del té verde o el café solo, no interrumpirá tu ayuno.

Ahora bien, hay ciertas situaciones médicas que hacen dudar a los pacientes. Por este motivo, hemos visto conveniente incluir las más comunes: ¿Se puede beber agua antes de…?

  • Un análisis de sangre: siempre que su consumo sea moderado, no debe suponer ningún problema, excepto si el profesional sanitario lo prohíbe en situaciones de salud específicas.
  • Una operación: En principio, los adultos pueden consumir agua hasta dos horas antes del procedimiento quirúrgico. Esta situación varía significativamente si la cirugía requiere anestesia local o total. En cualquier caso, a menos de dos horas, se debería evitar cualquier ingesta antes de ser anestesiados para disminuir el riesgo de aspiración de contenido gástrico. En otras palabras, cuando baja el nivel de consciencia, se pierde la capacidad de proteger la vía aérea y se corre el riesgo de que contenido del estómago pase a la vía aérea.
  • Un tac o resonancia magnética con contraste: se sigue el mismo criterio que en caso de una operación. Es decir, se puede beber agua hasta 2 horas antes de la prueba médica.
  • Una ecografía abdominal: sí se puede beber agua de forma moderada pero es preferible no ingerir nada la hora previa a la prueba.

¿Cuáles son los beneficios de beber agua?

Ingerir la cantidad suficiente de agua potable aporta grandes beneficios saludables, como:

  • Regular la temperatura del cuerpo
  • Mantener la elasticidad y luminosidad de la piel
  • Evitar el dolor de cabeza y las migrañas
  • Aliviar la fatiga
  • Fortalecer el sistema inmunológico
  • Mejorar la digestión y evitar el estreñimiento
  • Reducir el riesgo de padecer cáncer y enfermedades cardiacas.

¿Es malo beber demasiada agua?

Si bien las ventajas de consumir agua parecen no terminan nunca, pasarse puede ser muy perjudicial para nuestra salud.

Sobre todo, cuando descienden dramáticamente los niveles de sodio en el cuerpo. El sodio se diluye en la sangre y puede acarrear problemas cardiacos, así como una inflamación del cerebro y en los pulmones.

Para enredarlo un poco más, el sodio se disuelve en mayor cantidad de líquido, penetrando en las células que, como consecuencia, aumentan de tamaño.

Esta situación supone un reto para el cuerpo para ser capaz de eliminar el líquido sobrante, provocando que el sistema urinario tenga que retener mucho más líquido de lo normal.

Pero, ¿cuánto agua es demasiada? Por lo general, se aconseja no beber más de 10 vasos de agua diarios. De nuevo esta es una estimación e influye si hace un calor atorrador o si acabas de terminar un entrenamiento muy intenso como HIIT o Crossfit.

Lo ideal es escuchar a las señales que nos va enviando el cuerpo y prestar mucha atención si experimentas cualquiera de estos síntomas, que pueden ocurrir al beber por beber, sin sentir sed:

  • Náuseas
  • Dolor de cabeza
  • Cansancio o fatiga
  • Espasmos o calambres musculares
  • Aumento de peso
  • Engrandecimiento de labios, manos y pies
  • Entumecimiento de brazos y piernas.

Ahora que sabemos cuánta cantidad de agua es mucha, veremos qué sucede si bebemos poco.

Consecuencias de no beber agua

La mala o falta de hidratación acarrea graves riesgos a nuestra salud, sobre todo, cuando la dosis diaria de agua es inferior a 3 vasos de agua (o 700 mililitros) al día.

Síntomas como el dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares, calambres y hasta cambios de humor son señales que nuestro cuerpo nos indica que debemos aumentar su ingesta de inmediato. Pero hay más, como:

  • Sentir la garganta muy seca y carrasposa
  • Tener la necesidad imperiosa de beber
  • Ojos y labios secos
  • Ir al baño menos de cuatro veces al día
  • Orinar de color amarillo oscuro

Si la mala hidratación continúa durante un tiempo prolongado, es posible que ocurran alteraciones de la vista, delirios, dificultad para tragar saliva o alimentos, adormecimientos de las extremidades del cuerpo, ataques cardiacos e incluso la muerte.

Quizás te habrás dado cuenta que la mayoría de estos síntomas son iguales que cuando bebes demasiado. Por eso, debes ser consciente si se deben a la deshidratación o al exceso de hidratación.

En conclusión, para mantener el correcto funcionamiento de los órganos y liberar toxinas, nuestro cuerpo necesita estar hidratado a través de tomar a diario la cantidad necesaria de agua potable.

¿Cuáles son los peligros de beber agua muy fría?

Resulta difícil pensar que una sustancia tan natural y vital nos pueda perjudicar. Lo cierto es que beber agua a temperaturas muy bajas puede causar graves riesgos para nuestro organismo, sobre todo, antes y después de comer.

Vamos a analizar cuáles son las principales consecuencias de beber agua helada:

  • Mayor facilidad para coger un resfriado o tener dolor de garganta: ya que disminuye la función inmunológica por un aumento de la mucosidad tras haber ingerido agua gélida después de una comida. Lo que sucede es que las mucosas nasales se vuelven más espesas y dificultan la respiración, ya que son arrastradas para proteger a los pulmones.
  • Pérdida de energía: nuestro organismo debe priorizar la regulación de su temperatura antes que obtener energía de los alimentos que ha ingerido, ya que la baja temperatura corporal contrae los vasos sanguíneos. En ese instante nos puede espabilar, pero con el paso de los minutos tendremos la sensación de debilidad y agotamiento.
  • Empeoran los dolores de cabeza y migrañas: con la bajada drástica de la temperatura, muchos nervios que se encuentran en la espina dorsal mandan señales al cerebro para que la compense. Este sobreesfuerzo por parte del cerebro termina en dolores de cabeza. Esta es la razón porque duele la cabeza y nos dan escalofríos al beber agua muy fría después de comer.
  • Dificulta la digestión: las bajas temperaturas solidifican las grasas consumidas adhiriéndose a las paredes interiores de los intestinos, causando entre otras cosas, estreñimiento. Por otro lado, estos efectos se agravan en quienes sufren acalasia, una enfermedad que dificulta el paso de alimentos por el esófago.
  • Puede provocar cortes de digestión: la contracción de los vasos sanguíneos provoca el encogimiento del estómago, realizando un proceso de digestión ineficiente y causando ese incómodo dolor abdominal o dolor de tripa por frío. El corte de digestión es como coloquialmente se conoce a padecer hidrocución.
  • Riesgo de padecer dolor estomacal, molestias abdominales e incluso náuseas: del mismo modo que se puede padecer hidrocución, también se puede padecer hiponatremia, sobre todo después de hacer deporte. Esto se debe a que cuando entrenamos, perdemos líquidos y sales minerales que deben reponerse con rapidez para evitar estos síntomas. Pues bien, al tomar agua gélida, solo se consigo recuperar el líquido, pero no los minerales (como el sodio), por su mineralización débil. En este caso, es importante tomar también una bebida de electrolitos.
  • Se sienta dolor de pecho: a muchas personas, sobre todo con problemas pulmonares, ingerir agua bien fría le produce sentir el pecho frío. Este dolor ocurre en el centro del pecho y a veces puede terminar en un infarto.
  • Es malo para el corazón: a pesar de no existir suficiente evidencia científica para afirmar que beber agua helada cause infartos, cáncer o enfermedades cardiacas, sí se sabe qué consecuencias tiene el agua fría para el corazón. Esa bajada repentina de la temperatura corporal acelera el ritmo cardiaco con disminuciones de las pulsaciones ya que el sistema circulatorio se ve alterado, lo que puede llevar a provocar un síncope o paro cardiaco.
  • Causa sensibilidad dental: a aquellas personas con dientes sensibles. Ese repentino pero intenso dolor en los dientes se debe a que la dentina quede expuesta por haberse desgastado el esmalte. La dentina es la capa porosa que se encuentra debajo del esmalte y que está conectada con el nervio mediante unos pequeños canales.
  • Disminuye la calidad del sueño: por su efecto excitante causado por el cambio de temperatura, el metabolismo y el ritmo cardiaco se aceleran, dificultando de esta forma la conciliación del sueño. Por lo tanto, procura no beber agua gélida antes de dormir o durante la noche. Lo ideal es dejar de tomar agua al menos 2 a 3 horas antes de acostarse.

¿Beber agua fría adelgaza?

Lo primero que se suele pensar es que al tomar líquidos fríos nuestro metabolismo se acelera para generar más calor y así compensar las diferencias entre temperaturas. De esta forma, el cuerpo quema más calorías y, por tanto, se pierde peso.

Aunque este razonamiento tiene su lógica, en la realidad no es así. La verdad es que nuestro cuerpo trabaja para calentar el agua ingerida y cualquier esfuerzo se traduce en desgaste de calorías. Pero, estas calorías gastadas se compensan de esta forma:

Las bajas temperaturas hacen que la grasa ya existente en el organismo se solidifique con mayor facilidad, adhiriéndose a las paredes interiores de los intestinos, siendo aún más complicado quemarlas más adelante.

Por lo tanto, podemos concluir que el agua fría no adelgaza, y lo mismo ocurre con las infusiones o tés fríos para adelgazar. Es más, no existe ningún alimento o bebida que, por el simple hecho de ingerirlo nos haga adelgazar.

¿Qué pasa si tomas agua fría…

Después de hacer ejercicio

Al entrar en contacto el agua helada con el cuerpo en caliente provoca reflejos cardíacos que generan alteraciones del ritmo cardíaco con disminución de pulsaciones.

Este shock causado por una baja radical de la presión sanguínea puede provocar una parada cardiaca.

De golpe

Al beber una bebida muy fría y muy rápido, se corre el riesgo de sufrir una pérdida transitoria de la consciencia por la falta de riego sanguíneo al cerebro, conocido como síncope.

De todas formas, se suele recuperar la consciencia enseguida, excepto en aquellas personas que padezcan de problemas cardíacos o circulatorios previos.

Por la mañana

Es normal sentirnos muy tentados a beber una vaso de agua helada según nos levantamos tras haber pasado mucho calor durante la noche.

Pero hacerlo puede acelerar el metabolismo de repente, pudiendo causarnos mareos o hacernos sentir una sensación de pesadez.

En cambio, prueba a tomar un vaso de agua tibia o caliente con jengibre fresco y el zumo de medio limón. ¡Notarás la diferencia!

Conclusión: ¿es mejor tomar agua caliente o helada?

Independientemente de la estación del año y aunque haga mucho calor, elige beber agua del tiempo antes que muy fría. De esta forma ayudarás a tu cuerpo a hidratarse con mayor facilidad y evitarás muchas molestias o problemas de salud.

De hecho, el agua a temperatura ambiente o caliente facilita la digestión, desintoxica el organismo, alivia los dolores musculares y hasta quita la sensación de tener sed.

Procura mantener tu cuerpo siempre hidratado bebiendo suficientes líquidos durante todo el día de forma moderada.

Ahora bien, ¿te gustaría saber si es mejor ducharse con agua fría o caliente? En este artículo de bienestar responderemos a esta pregunta.

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