¿Sabías que hay una serie de alimentos que no debes lavar antes de cocinar o consumir?

Esto es algo que muy pocas personas conocen, pero que puede poner en riesgo tu salud.

Si lees nuestro blog de alimentación con frecuencia, es porque te preocupa tu salud y buscas soluciones probadas científicamente para sentirte mejor. Por eso, ¡estás en el sitio correcto!

Ya hemos compartido contigo la importancia de lavar y desinfectar la fruta y la verdura. En caso de no haber tenido la oportunidad de aprender cómo lavar la fruta y la verdura, te animamos a leer este artículo primero.

Ahora sí, conoce los secretos mejor guardados de los restaurantes de alta cocina para preparar los alimentos de forma segura. ¡Empezamos!

¿Qué alimentos se deben lavar y cómo hacerlo de forma correcta?

Lo primero, vamos a empezar conociendo cuáles son los alimentos que debes lavar antes de comerlos y cómo hacerlo:

  • Fruta y verdura fresca: independientemente de ser consumidos con piel o sin ella, crudos o cocinados, estos comestibles frescos deben ser siempre lavados. Te aconsejamos utilizar un cepillo de cocina y limpiarlos bien debajo del grifo o sumergir en agua potable con una cucharada pequeña de lejía alimentaria. Es importante eliminar los restos de tierra, pesticidas o fertilizantes que puedan tener antes de ser peladas o cortadas, ya que estos microorganismos pueden contaminar los alimentos antes de su consumo.
  • Arroz: este cereal se suele lavar con la ayuda de un colador fino antes de cocinarlo o cocerlo. La razón es porque contiene arsénico y almidón como consecuencia a su forma de cultivo. Ya verás cuando lo enjuagues que desprenderá un líquido viscoso de color amarillento.
  • Quinoa: realiza el mismo ejercicio que con el arroz. En el caso de la quinoa, contiene un componente tóxico llamado saponina. Si no solías lavarla hasta ahora, no te preocupes ya que habría que consumir cantidades muy altas de este cereal sin gluten para sufrir una intoxicación.
  • Legumbres secas: déjalas en remojo en un cueco con agua durante varias horas y después enjuágalas una vez más antes de incluirlas a la olla. La duración en remojo varía según el tipo de legumbre elegida. Mientras los garbanzos se recomienda que estén en agua toda la noche (entre 8 a 12 horas), para las lentejas es suficiente con 4 horas.

A continuación, veremos cuáles son aquellos alimentos que no deberías lavar antes de cocinar.

¿Qué alimentos no debes lavar antes de cocinar o consumir?

A modo resumen, evitar lavar antes de consumir los siguientes alimentos:

  • Carne y pollo
  • Pescado
  • Huevos
  • Hongos
  • Ensaladas lavadas
  • Pasta
  • Legumbres y verduras en conserva o de bote

¿Por qué? Vamos a ir analizando cada uno de estos comestibles para que sepas por qué no hay que pasarlos por el grifo.

¿No hay que lavar los huevos?

Como respondería un buen gallego: “Depende”. Te explicamos por qué.

La cáscara del huevo está cubierta por una membrana que actúa como barrera protectora del feto.

Al lavar la cáscara, ésta queda más expuesta a ser contaminada por otros microorganismos. Por ello, solo se debe lavar cuando se vaya a consumir justo después.

Si el huevo está sucio antes de pasarlo por la sartén o la olla, puedes sumergirlo en agua potable templada y una pizca de sal. Después, basta con secarlo con papel de cocina previo a su elaboración.

Debes tener en cuenta que un huevo debe conservarse entre 1 y 10ºC para que no comprometa su seguridad para el consumo humano.

También, que su cáscara no debería romperse en el mismo recipiente donde se vaya a elaborar, ni separar la yema de la clara con su propia cubertura.

Por último, en el caso de que hayas comprado una docena de huevos y alguno esté sucio pero no vayas a consumirlo de inmediato, puedes limpiar la cáscara con un cepillo en seco.

¿Qué pasa si no lavo el pescado?

Es normal abrir la bolsa de las pescadería y encontrarnos restos de escamas o sangre. Sobre todo, si le hemos pedido al pescadero que prepare el pez en cuestión de una forma determinada.

Nuestro instinto es el de automáticamente aclarar con agua los filetes de pescado antes de conservarlos o elaborarlos.

Pero, esto es un error, ya que los animales acuáticos contienen patógenos que son muy fáciles de propagarse a otros alimentos cuando se limpian o manipulan.

De ahí que la mayor garantía que tenemos para comer pescado fresco en casa de forma segura es asegurarnos de cocinarlo bien.

Dicho de otra forma, asegurarnos de que el centro del pez alcance una temperatura superior a los 65ºC.

Si no tienes un termómetro de cocina, esto es equivalente a que no haya ningún resto de carne cruda en su interior, cambiando ligeramente su color.

El método de cocción es clave para garantizar la seguridad del alimento. Prioriza la cocción al vapor, al horno o la plancha antes que elaboraciones crudas, como el ceviche o el sashimi.

Muy sencillo, porque es posible que el pescado contenga anisakis. En especial, si se come crudo o con una preparación que no asegure su desaparición.

Para cerciorarte, sigue las indicaciones de AECOSAN. Esta Agencia Estatal aconseja congelar el género a una temperatura igual o inferior a -20ºC durante al menos cinco días.

Esta temperatura tan gélida solo la alcanzan aquellos frigoríficos con al menos 3 estrellas. Si tu electrodoméstico es distinto o no estás segura, es mejor que compres el pescado ya congelado.

No menos importante es cómo se descongela el pescado para su posterior ingesta. En vez de dejar que se descongele a temperatura ambiente o varios minutos en agua caliente, introdúcelo en la nevera con más antelación para deshelarse en frío.

¿Se debe lavar la carne o el pollo antes de cocinar?

La respuesta es clara: NO, no se debe lavar la carne o el pollo crudo antes de cocinar, así lo afirma un estudio realizado por la USDA.

De hecho, el modo de limpieza, preparación, cocción y conservación es igual que el del pescado. En otras palabras, evita:

  • Lavar la carne o el pollo crudo.
  • Mantener a temperatura ambiente si no se va a preparar en el momento.
  • Deshelar fuera de la nevera o debajo del grifo con agua caliente.
  • Manipular demasiado el alimento fresco antes de cocinarlo.
  • Cocinar si todavía no se ha descongelado por completo.
  • Preparaciones crudas o muy poco hechas, como los tartares de ternera. En vez cocinar bien para matar cualquier posible bacteria.

Por lo tanto, lavar estos alimentos frescos aumenta su riesgo de contaminación y enfermedades transmitidas.

Por ejemplo, la carne puede tener salmonella y el pollo Campylobacter, una bacteria que afecta al intestino delgado y provoca fiebre, diarrea y calamabres.

Además, usar lejía o soluciones antibacterianas (como zumo de limón o vinagre) no reducirá el riesgo de contaminación.

¿Cómo se limpian los hongos para cocinarlos?

Es muy normal que los alimentos de esta categoría contengan restos de tierra y suciedad cuando llegamos a casa.

Son muchas las personas que deciden dejar las setas varios días en las bandejas de plástico en las que han sido compradas. Y otras las limpian de inmediato bajo el grifo.

Pero ambas acciones son poco recomendables. Te decimos por qué.

El fungi es una clase de alimentos que absorben enseguida la humedad de su alrededor, haciéndoles perder parte de sus propiedades organolépticas.

Por eso, tras llegar a casa después de hacer la compra, retíralos primero de su envase de plástico y después tienes dos opciones:

  • Si vas a consumirlos en pocas horas: con la ayuda de un cepillo suave, papel de cocina o un trapo húmedo, limpia sus cabezales uno a uno. Como último recurso, hazlo con la mano humedecida, pero no debajo del grifo. Si su tronco todavía tiene restos de suciedad, puedes cortar la base. Tras la limpieza, es la hora de secarlos. Para ello, utiliza papel o un trapo de cocina seco y limpio. ¡Ya estás lista para manipularlos!
  • Comerlos otro día: aquí puedes dejarlos sucios en un recipiente limpio y seco, para después seguir los pasos que acabamos de describir. La otra opción es limpiar los champiñones y asegurarte muy bien de que están completamente secos antes de guardarlos en la nevera.

Y ¿tú?, ¿Ya limpiabas los hongos de esta forma? ¡Háznoslo saber en la sección de comentarios más abajo!

Por otro lado, ¿los champiñones se pelan o se lavan? La razón por la cual las personas suelen pelarlos es para evitar lavarlos y así poder eliminar los restos de tierra en su capa exterior.

Pero de esta forma, también se pierde gran parte de sus nutrientes que se encuentran en la capa más externa. Por eso, nuestra recomendación es limpiarlos siguiendo las indicaciones antes descritas y no pelarlos.

¿Se lavan las ensaladas de bolsa?

Por lo general, la ensalada de bolsa suele venir ya cortada, limpia y lista para su consumo. Esta es una molestia que se toman los productores para hacernos la vida más fácil.

El motivo por el cual no se suele aconsejar volver a lavar la lechuga en casa es para no exponerla a posibles bacterias que puedan contaminarla en su lavado.

No obstante, nos ha pasado encontrar insectos u hojas verdes en mal estado.

De ahí que nuestro consejo es vaciar la bolsa en un colador o bol y revisar el estado de sus hojas. Después, retirar las ya estropeadas o lavar con delicadeza las hojas con suciedad.

¡No te pierdas 5 sencillas y rápidas recetas saludables de ensaladas para adelgazar!

¿Hay que lavar las legumbres y verduras de bote?

Éste es quizás el punto más controvertido de todos. Enseguida entenderás por qué…

Tanto las legumbres como las verduras de bote contienen una serie de ingredientes para garantizar que se mantienen en condiciones óptimas por un largo periodo de tiempo.

Si se elige un producto de buena calidad, a las alubias por ejemplo, solo se les añade agua y sal marina.

Por el contrario, la gran mayoría de botes contiene conservantes, estabilizantes y antioxidantes para alargar la vida del producto.

Estos alimentos ya cocidos y listos para su consumo suelen estar recubiertos de una espuma blanca que puede resultar muy desagradable.

Es por eso que se suelen poner en un colador para después enjuagar con mucho agua en la pila para eliminar esa espuma o líquido de gobierno o cobertura.

La otra razón por la cual se suelen lavar es para limitar la ingesta de sodio, ya que estos aditivos suelen incrementar la cantidad de esta sal mineral.

Esta cuestión nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿Es malo beber el líquido del bote de garbanzos?

No, no es malo beber el líquido de las conservas y no debería suponer un riesgo para la salud. Esto se debe a que se compone de ingredientes aprobados por las diferentes instituciones sanitarias estatales para el consumo humano.

Por lo tanto, procura elegir una conserva de calidad y no tendrías por qué lavarla antes de consumirla.

Si te resulta desagradable el olor y el aspecto de su espuma o sigues una dieta muy pobre en sodio, en este caso lava las legumbres como lo harías si estuviesen secas.

Es decir, incorpóralas en un bol con agua mineral a temperatura ambiente unos minutos y después acláralas.

¿Se debe enjuagar la pasta después de cocerla para quitar el almidón?

Estamos seguros de que conoces al menos una persona que después de cocer la pasta la suele enjuagar debajo del grifo, ¿a qué sí?

Éste es el momento cuando los italianos y los amantes de la pasta fresca se llevan las manos a la cabeza por la atrocidad cometida.

De hecho, la pasta no se debería lavar ni antes ni después de cocerse o cocinarse. Hacerlo retiraría casi todo su almidón y se volvería en una masa ablanda, sin sabor ni adherencia, una verdadera lástima…

Conclusión sobre los alimentos que no debes lavar antes de cocinar

Confiamos en que estos consejos te hayan servido para saber qué alimentos deberías lavar y cuáles no, al igual de cómo hacerlo para evitar una contaminación cruzada.

En general, te invitamos a seguir las siguientes pautas de sanidad alimentaria para hacer de tu cocina un espacio seguro y libre de riesgos:

  • Usa diferentes tablas de cortar según la categoría de alimentos: al menos ten tres tablas de cortar, una para la fruta y la verdura, otra para el pescado y otra para la carne y las aves. En muchas tiendas de cocina las podrás comprar de diferentes colores o con iconos para acordarte cuál utilizar en cada momento.
  • Ten las manos siempre limpias: procura quitar los anillos y pulseras, tapar posibles heridas y lavar las manos antes y después de manipular cada comestible. Incluso puedes utilizar guantes de cocina.
  • Toma la temperatura de la carne y el pescado: hazte con un termómetro de cocina para saber cuándo la comida ha alcanzado su temperatura de cocción adecuada para su consumo (a partir de los 65ºC).

Ahora ha llegado el momento que conozcas dónde colocar cada uno de estos alimentos dentro de la nevera.

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